domingo, 25 de noviembre de 2012

Psicología del Deporte II



VARIABILIDAD DE LA FRECUENCIA CARDIACA



Uno de los temas en los que tengo particular interés en la Psicología del Deporte es en el desarrollo de técnicas de evaluación objetivas que permitan mayor precisión y fiabilidad al trabajo del Psicólogo del Deporte.
Una de estas técnicas es la medida de la Variabilidad de la Frecuencia Cardiaca (VFC). Esta variable surge de la medición del intervalo R-R  (tiempo transcurrido entre dos latidos sucesivos en el orden de los milisegundos) en el electrocardiograma (ECG). Por lo que la VFC no es más que la diferencia de tiempo entre los intervalos R – R y se ha considerado como un indicador del nivel de salud cardiovascular.
Se han utilizado diferentes métodos para analizar la VFC. Estos se agrupan en tres grandes categorías: los del dominio del tiempo, los del dominio de la frecuencia y los No Lineales.
Los métodos del Dominio del tiempo (SDNN, SDANN, rMSSD y pNN50) se calculan con base en la duración de los ciclos cardiacos utilizando diferentes aproximaciones al método estadístico de la varianza. Fundamentalmente, permiten clasificar el riesgo de patología cardiaca del sujeto.
Los métodos del dominio de la frecuencia (VLF, LF, HF, entre otros) realizan un análisis espectral en el cual la varianza se distribuye como una función de la frecuencia (Transformada Rápida de Fourier). De esta forma, brindan información acerca de la relación del sistema cardiovascular con el sistema nervioso autónomo en sus ramas simpático (LF) y parasimpático (HF).
Las medidas No Lineales realizan un análisis cualitativo de la VFC. De esta forma, los intervalos R – R consecutivos se transportan a un diagrama de dispersión de dos dimensiones (Diagrama de Poincaré). Se analizan los ejes de la elipse obtenida. El eje transversal o SD1 caracteriza los cambios espontáneos de la VFC, indicador de la actividad parasimpática. Por otra parte, el eje longitudinal o SD2, caracteriza la desviación a largo plazo de la VFC. Se le relaciona con la actividad del Sistema Nervioso Simpático, aunque de manera inversamente proporcional.
Estas medidas están siendo utilizadas en el campo de la Psicología del Deporte en la evaluación de las reacciones emocionales en diferentes situaciones, así como para el estudio de la reacción a situaciones de estrés.
Afortunadamente, este tema está experimentando actualmente un auge de investigación, por lo que es de esperar nuevos resultados que permitan introducir cada vez más esta valiosa técnica en el trabajo del Psicólogo deportivo.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Psicología en Tiempos de Crisis III

CRISIS DE ANGUSTIA













La Crisis de Angustia también es un Trastorno psicopatológico asociado a Distrés. Se incluye en el "Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales" (DSM IV) como parte de los Trastornos de Ansiedad y se le ha llamado por otros nombres como “Ataque de Pánico” o “Crisis de Ansiedad”. Se ha descrito como una hiperestimulación del sistema nervioso autónomo y algunas investigaciones recientes sugieren que su problema nuclear pudiera ser la hiperventilación. O sea, la respiración muy frecuente y entrecortada que hacemos cuando nos enfrentamos a una situación estresante. Esto provocaría un exceso de oxigenación en el cerebro, que a su vez sería el responsable de la aparición repentina y limitada (en el tiempo) de sus principales síntomas. Estos son:


  • Palpitaciones, dolor o molestias precordiales.
  •  Sensación de asfixia.
  •  Sensación de mareo o inestabilidad.
  •  Sensación de irrealidad.
  •  Oleadas de frío y/o calor.
  •  Sudoración.
  •  Sensación de desmayo.
  •  Miedo a morir o a volverse loco.

Muchas veces estas personas acuden a los servicios de urgencia en los Centros de Salud pues creen estar sufriendo un infarto o algún otro tipo de dolencia cardiovascular.
Su tratamiento se aborda teniendo en cuenta que es un Trastorno de Ansiedad. Con la particularidad de que incluye la terapia a nivel conductual de la respiración con el fin de controlar lo que se cree que es su problema nuclear. Por tanto, si alguien se enfrentara a una situación como esta, la conducta más adecuada sería buscar ayuda especializada.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Psicología en Tiempos de Crisis II

DEPRESION REACTIVA


 


Se ha estimado, lo mismo en la literatura científica que en medios periodísticos, que el 48 % de la población mundial ha presentado como mínimo un episodio psicopatológico asociado a Distrés a lo largo de la vida.
Uno de esos trastornos es la Depresión Reactiva. Se produce como reacción al estrés externo. Por esta razón, sus síntomas difieren de otros tipos de Depresión cuya causa pudiera ser orgánica o genética. Estos son:

  • Estado de Animo depresivo, triste la mayor parte del día.
  • Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en casi todas las actividades (incluso las que antes se consideraban placenteras).
  • Reactividad o mejoría del estado de ánimo en respuesta a acontecimientos positivos.
  • Oscilación diurna del estado de ánimo (empeora a lo largo del día).
  • Inversión de los síntomas vegetativos (aumento del apetito e hipersomnia).
  • Abatimiento (peso en brazos y piernas).
  • Rechazo a la relación interpersonal.
  • Desesperanza.

Todos estos síntomas, pero fundamentalmente este último debe ser identificado por la familia, amigos o grupos en los que el individuo se encuentre con el fin de ser oportunamente tratado. De lo contrario se corre riesgo de suicidio.
Como en cualquiera de los trastornos asociados a Distrés, es de vital importancia contar con un adecuado grupo de apoyo y una adecuada autoestima.
Se ha descrito que el abordaje terapéutico más efectivo consiste en la combinación del tratamiento con psicofármacos y psicoterapia. Por tanto, la conducta más adecuada ante esta situación debe ser la de buscar ayuda especializada lo antes posible.
 

sábado, 13 de octubre de 2012

Psicología en Tiempos de Crisis



Resumen de la Conferencia “Efectos de la crisis económica sobre la estabilidad psicológica individual y social.” Presentada en la XXVI Semana Cultural de la Hispanidad. Celebrada en la Villa de Medellín, Badajoz (Cuna de Hernán Cortés) el 10 de Octubre de 2012.

Los medios de comunicación y la literatura científica se refieren cada vez más a un incremento de las Consultas de Psicología y Psiquiatría y también al aumento del uso de fármacos antidepresivos o tranquilizantes. Como en otros momentos de la Historia de la Humanidad la crisis económica empeora la vivencia del estrés en las personas.
El estrés ha sido ampliamente estudiado desde los inicios mismos de la Psicología como ciencia y a nivel de consenso se le identifica con la respuesta psicológica y fisiológica como resultado de la relación del individuo y su entorno, que, evaluado como amenazante desborda sus recursos y pone en peligro su bienestar. De esta forma, los diferentes eventos estresantes producen modificaciones en nuestro organismo a nivel del comportamiento, del sistema endocrino, del sistema nervioso autónomo y del sistema imunológico.
Los estudios de la psiconeuroendocrinología al respecto han identificado dos tipos de estrés en función de su efecto sobre el organismo. Uno de ellos es el Distrés, que se identifica como la respuesta anormal o patológica que provoca daños y en la que el estresor es visto como una amenaza. En cambio, el Eutrés permite al organismo enfrentarse exitosamente a los cambios y el evento estresor es visto como un reto.
¿De qué depende que nuestro organismo encare a los estresores como eutrés o como distrés? Pues del “estilo de afrontamiento” o de la manera en que enfrentemos la situación de forma que nos permita adaptarnos adecuadamente a los cambios. Esto a su vez depende, fundamentalmente, de dos factores. Uno, poseer una adecuada autoestima, y el otro, contar con el apoyo social apropiado.
Como consecuencia del estado de Distrés, se estima que el 48 % de la población mundial ha presentado como mínimo un episodio psicopatológico a lo largo de la vida. Entre los más frecuentes se encuentran: la Depresión Reactiva, el Trastorno de Ansiedad Generalizada, la Crisis de Angustia, y el abuso de sustancias (alcohol y/o sustancias psicoactivas), entre otros. Estos trastornos serán comentados en post subsiguientes.
En todos estos casos, es preocupante el nivel de desesperanza al que llega el paciente, lo cual lo hace más propenso a acometer un intento suicida. En este punto es fundamental el papel jugado por la familia y los diferentes grupos de apoyo (amigos, compañeros de trabajo, comunidad, etc) en los que se encuentra inmersa esta persona. No sólo es necesario que se sienta apoyado, sino también que estén alertas a cualquier indicio que pueda indicar la ideación o el planeamiento suicida. En este caso, se debe buscar ayuda especializada lo antes posible. 
Todos estos trastornos y efectos resultantes del Distrés pueden ser controlados y llevados a una situación de Eutrés que permita encarar adaptativamente al estresor y vencerlo.
Por otra parte, al enfrentar al estresor en momentos de crisis desde una perspectiva de Eutres, seremos capaces de ver la crisis económica no solamente como un problema en el presente, sino también como el aviso de que algo está funcionando mal y debe ser modificado. Y si analizamos los grandes hitos del desarrollo de la Humanidad (Revolución Industrial en Inglaterra del siglo XVII, Revolución Francesa, Descubrimiento de América, entre otros) podremos verla como una Oportunidad para el Desarrollo.

Programa publicado en: 
http://www.nuestracomarca.com/index.php?option=com_content&view=article&id=8838:semana-cultural-de-la-hispanidad-en-medellin-del-5-al-12-de-octubre&catid=3:cnp&Itemid=4

lunes, 27 de agosto de 2012

Psicología del Deporte: Conmoción Cerebral



Planeaba comenzar este acápite dedicado a la Psicología del Deporte tratando la utilidad y competencias de la misma, pero en estos días con la recién comenzada liga española de fútbol me ha llamado la atención un hecho. La conmoción cerebral sufrida por Pepe, el defensa portugués del Real Madrid en el partido contra el Valencia disputado el 19 de agosto de 2012, y la controversia acerca de su incorporación en los próximos partidos que enfrentará su equipo. Debido a la importancia del tema, me gustaría hacer algunos comentarios basados en la evidencia científica publicada en Revistas especializadas al respecto.
Las conmociones cerebrales en el deporte son muy frecuentes y se considera que su incidencia está probablemente subestimada debido a que solamente son reportadas una pequeña parte de ellas. Koh y colaboradores en una revisión sobre el tema, publicada en la Revista Brain Injury en el año 2003, establecieron que estas son más frecuentes en deportes de contacto y entre las disciplinas con más alto riesgo se encuentran el Jockey sobre hielo, el rugby, fútbol americano y el fútbol.  
Estas lesiones son definidas como un complejo de procesos patofisiológicos que afectan al cerebro inducidos por fuerzas biomecánicas. Por esta razón, la conmoción no solamente es provocada por un trauma directo en la cabeza, sino también en el cuello, o en cualquier otra parte del cuerpo que provoque una fuerza impulsiva que sea transmitida al cerebro.
Se le asocia con síntomas muy diversos de severidad y duración variables. Los de naturaleza física incluyen mareos, dolor de cabeza, visión borrosa o doble, y sensibilidad a la luz o al ruido. Aparecen también síntomas neuroconductuales como fatiga, trastornos del sueño, irritabilidad, ansiedad y depresión. De la misma forma, emergen dificultades cognitivas caracterizadas por déficit de atención, problemas de memoria y enlentecimiento psicomotor, entre otras.
Su abordaje desde el punto de vista médico – psicológico incluye diagnóstico, tratamiento y toma de decisión acerca del retorno a la actividad. Este último aspecto suele basarse generalmente en el cese de los síntomas antes expuestos o en los resultados de la evaluación neuropsicológica conductual. En otros casos, también se basa en los resultados de técnicas estructurales a pesar de haber sido descrita la naturaleza funcional de sus consecuencias. Por esta razón, recientemente se han comenzado a utilizar técnicas de evaluación psicofisiológica funcional como los Potenciales Relacionados a Eventos cognitivos (ERPs) y la Resonancia Magnética Funcional (fMRI). Con el uso de estas técnicas se ha mostrado que los déficit cognitivos que habían sido descritos sólo para la fase aguda, persisten de manera subclínica (o sea, no son detectados por las pruebas convencionales) incluso cuando los deportistas no reportan síntomas. Por tanto, la ausencia de síntomas pudiera no ser un marcador absoluto de recuperación cerebral.
Por ejemplo, la depresión asociada a este tipo de lesiones ha sido frecuentemente estudiada y mayoritariamente atribuida a cambios en la actividad como la pérdida de determinada posición en el equipo, pérdida de apoyo o incertidumbre acerca del futuro de la carrera deportiva. Sin embargo, otra cosa ha mostrado un estudio realizado por Chen y colaboradores en el año 2008 y publicado en la Revista científica Archives of General Psychiatry. Este estudio, utilizando la técnica de resonancia magnética funcional, ha mostrado que los síntomas depresivos están asociados con una patología cerebral subyacente relacionada con una actividad reducida en la corteza prefrontal dorsolateral medial en atletas lesionados con síntomas depresivos.
Los cambios funcionales descritos en deportistas con lesión cerebral luego de semanas o incluso años, sugieren que la disfunción cerebral pudiera persistir. De este hecho se deriva que la evaluación conductual neuropsicológica no es suficiente para un abordaje adecuado en estos casos. Las técnicas de evaluación psicofisiológica funcional (ERP y fMRI) pudieran contribuir significativamente a la comprensión de los cambios producidos por la lesión y proporcionar información objetiva para guiar más adecuadamente la toma de decisión acerca del retorno al entrenamiento y la competición. Por estas razones, se necesita incluir estas técnicas como evaluaciones rutinarias en la evaluación y seguimiento post conmoción en deportes de contacto. Específicamente, su utilidad en la toma de decisión acerca del retorno del deportista al entrenamiento y la competición es extremadamente importante. Esto se debe a que este retorno, cuando persisten los síntomas, incrementa el riesgo de sufrir otras lesiones incluso de mayor gravedad.
En conclusión, se necesita un seguimiento cuidadoso de los deportistas implicados en deportes de contacto luego de sufrir una conmoción cerebral con el fin de garantizar el estado de salud adecuado al jugador y prevenir nuevas lesiones.

sábado, 11 de agosto de 2012

Psicología Infantil


CASTIGOS


                                       Niños trepando un árbol. Francisco de Goya y Lucientes.

"Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres" PITAGORAS.

He querido comenzar este post con esta frase de Pitágoras y hacer alusión a uno de los aspectos más difíciles de la educación de los hijos: el Castigo. Los psicólogos solemos hablar de imponer límites en la conducta de los niños, indicándoles así lo que no deben hacer. Por tanto, el primer paso es, sin dudas, seleccionar cuidadosamente la conducta “castigable”. Si castigamos la mayoría de su actividad estaremos creando graves problemas de comunicación con nuestros hijos.
Si partimos del objetivo de modificar la conducta o extinguir aquella que pueda entrañar algún tipo de peligro, estaremos de acuerdo en que no queremos castigar por el simple hecho de hacerlo. Mantener esta idea es primordial para seleccionar las conductas “castigables” y la manera en que lo hacemos. Por tanto, el castigo debe estar directamente relacionado con la conducta que le da origen. Por ejemplo, si el niño ha tardado más tiempo en llegar a casa por estar jugando con los amigos, no vale de nada que lo dejemos sin ver su programa favorito de televisión, pues solamente produciría malestar sin lograr nuestro verdadero objetivo: que no lo vuelva a hacer. Para elegir el castigo adecuado veamos algunos tipos de ellos:

-         Pérdida de Privilegios: Si abusa de un privilegio otorgado (como el mencionado antes de volver más tarde a casa), un castigo adecuado sería el de perder este privilegio por un tiempo.

-         Penitencia: Debe reflejar directamente el mal comportamiento. Si ha llegado tarde, pues hacerlo volver más temprano la próxima vez (en proporción con el tiempo que ha tardado).

-         Restitución: Significa que debe “pagar” por algún daño que haya hecho. Su objetivo es reparar un mal y se le da la oportunidad de corregir su error. Para esto debe hacer algo socialmente aceptado como hacer alguna labor doméstica o cuidar de un familiar enfermo o una mascota. Este tipo de castigo es más adecuado cuando de su comportamiento se ha derivado algún mal para otras personas.

 Al advertir la conducta y comunicar el castigo, no es recomendable que gritemos o le peguemos, pues de esta manera, le estaríamos enseñando que la violencia (incluida la verbal) es una respuesta adecuada al enfado o la frustración.
Cuando es él quién responde inadecuadamente, no debemos tampoco responder de manera agresiva. Contrariamente, la respuesta adecuada debe hacerle ver que se le escucha, que tiene derecho a dar su opinión, pero debe hacerlo respetuosamente.